¿Cómo ser una buena jefa de grupo?

¿Has notado que hay ciertas mujeres que pareciera que nacen con esa habilidad de liderazgo y son capaces de liderar cualquier grupo sin que esto suponga un gran esfuerzo? Y sí, el liderazgo puede ser innato en algunas chicas, sin embargo, en la mayoría de casos se desarrolla durante la infancia y la adolescencia, pero, sí eres adulta, con esfuerzo y disciplina también puedes convertirte en una excelente jefa de grupo

Si bien existen diferentes clases de liderazgo, y no existe un único modelo con el cual garantizar a una mujer que se convertirá en una buena jefa de grupo.

Porque el ser considerada una buena jefa de equipo está ligado a la habilidad de poder encaminar correctamente a un grupo de persona, y todas las buenas jefas comparten algunas características que las convierten en esa persona líder, respetable y digna de admirar y seguir.

Lo que sí se podemos hacer en Mejor Mujer, es ofrecerte las características que comparten aquellas que triunfan dirigiendo grupos y los errores que debes evitar a toda costa, ¡Toma nota!

5 Características de una buena jefe de equipo

Ser jefe no es una labor sencilla, de hecho, está comprobado que encargarse de un equipo implica asumir una gran responsabilidad que puede convertirse en un dolor de cabeza si no se maneja de la forma correcta; considerarse como un buen dirigente, demanda contar con habilidades de liderazgo, además de los siguientes rasgos o peculiaridades: 

#1. Ser un modelo a seguir


Como jefa de equipo no solo estarás en la mira de los empleados que tenga a cargo, sino también de tus superiores, por lo que tu comportamiento tiene que ser irreprochable; muéstrate siempre responsable, y adecúate a los parámetros que establece la cultura o política corporativa, de esta forma, servirás de ejemplo al resto de los trabajadores.  

#2. Saber detectar el potencial


Un buen líder reconoce que todo trabajo o actividad demanda un equilibrio entre aptitud y actitud; entendiéndose la necesidad de conocer a fondo a cada empleado que forme parte de su grupo, delimitando su nivel de conocimiento, preferencias y habilidades a fin de repartir las tareas de manera tal que pueda maximizarse la efectividad.

#3.  Establecer metas y objetivos reales


Por lo general, cualquier estrategia de trabajo hoy en día se basa en el establecimiento de objetivos, hacer de los suyos metas claras y realistas será tan importante como fijar plazos de entrega; planifique pensando en las capacidades de los empleados e incremente sus probabilidades tanto de ser una buen jefa de grupo, como de obtener resultados favorables.

#4. Motivar y promover la retroalimentación 


¿Cuántas veces ha escuchado la frase “un trabajador motivado, es un trabajador productivo”? la razón de ello radica en su veracidad; establezca entre sus prioridades como jefa de grupo fomentar el entusiasmo de su equipo y motívelos a dar lo mejor de sí en cada proyecto, ciertamente agilizará el proceso y tendrá la garantía de obtener resultados positivos.

Cuide de que la comunicación sea siempre bidireccional, no se trata únicamente de transmitir la estrategia correcta, sino de estar dispuesta a escuchar los problemas, ideas y sugerencias de todo el grupo.

#5. Tolerar errores


Si usted no es perfecta, el resto de los trabajadores que conforman su grupo de trabajo tampoco; como humanos, ninguno está exento de  cometer errores, la clave como buena jefa estará en saber afrontar y responsabilizarse por los errores de su plantilla, además de ser lo suficientemente capaz, para ofrecer una solución.

5 Pautas para mejorar como jefa de grupo

La buena comunicación, la confianza con los miembros del equipo y el saber reconocer las virtudes de los compañeros, son las características más importantes de toda buena jefa de grupo.

Hasta ahora ya sabe las principales cualidades que debe reunir como jefa de grupo, es momento que conozca lo que, a juicio particular, son herramientas estratégicas que le permitirán mejorar en su gestión.

#1. La comunicación es primordial 


Como se comentaba, por más bien elaborada que esté su estrategia de trabajo y planteadas las metas a alcanzar, de nada le valdrá si no tiene la comunicación adecuada con su equipo de trabajo; además de abierto y fluido, el diálogo con ellos tiene que ser transparente, un ambiente laboral en el que los empleados tienen miedo de expresar sus opiniones figura entre los más negativos. 

#2.  Sin confianza no hay progreso


Muy anudado al punto anterior, está el establecimiento de un vínculo de confianza, pues se traduce a una comunicación más efectiva, así como la creación de un compromiso entre todos que mejora considerablemente el desempeño laboral. 

¿Cómo fomentar la confianza? empiece por anteponer la verdad por encima de todo, incluso si se trata de noticias malas o que la pongan en desventaja ¡sea honesta! Por otra parte, evite el establecimiento de comparaciones – ni emita comentarios de empleados cuando estos se encuentran ausentes – y juzgar sin considerar los motivos. 

Es importante aclarar la importancia de caer en el exceso de confianza, una cosa es la construcción de una relación cercana y empatizar, y otra muy distinta es que exista un desequilibrio que conlleve al irrespeto. Preocuparse y comprender a su equipo, no implica que estos abusen de ello. 

#3. El reconocimiento de los esfuerzos es una gran motivación


Como jefa de grupo disfruta sentirse valorada por sus superiores, esto mismo sienten los empleados a su cargo, no dude en mostrarles aprecio, el refuerzo positivo no tiene punto de comparación; de hecho, estudios demuestran que los seres humanos prosperan en el reconocimiento, permíteles saber que su papel y esfuerzo es tan importante como el suyo.

Fomente un ambiente de igualdad, algo tan sencillo como compartir un área común y mencionar las cosas que le gustan de lo que hacen sus empleados, hará que consiga más de ellas; dedique tiempo a pensar qué puede hacer por el resto del equipo y muéstrese predispuesto a favorecerlo, aun por encima de sus propios intereses.  

Si en realidad desea que su equipo la vea como una buena jefa, no dude en ser inclusiva, base el entorno de trabajo en valores de confianza, respeto e integridad, incentivando la retroalimentación y la capacidad de crear e innovar sin temor a ser juzgados.  

#4. No hay cabida para los temores


Una buena jefa de grupo es abierta, veraz y directa, pero esto no significa infundir miedo de cometer un error, aliente a sus empleados desde la perspectiva del aprendizaje y la superación, brindándoles oportunidades de explorar cosas nuevas y diferentes, poniendo a prueba sus límites personales con la confianza de poder utilizar sus equivocaciones como herramientas. 

En lugar de sentirse amenazada por el conocimiento de su grupo, motívelos a superarse, no espere demasiado para hablar si considera reducción en el rendimiento, ni mucho menos se aferre a informaciones que pueden contribuir a un mejor desempeño.

El hecho de que sus conocimientos, capacidades y experiencia le hayan convertido en jefa, no quiere decir que tenga que asumir todas las responsabilidades, atrévase a delegar y deje de perder tiempo, dedique sus esfuerzos a decisiones que aporten auténtico valor y permita que sus empleados asuman lo que les toque.

#5.  Ser una mal jefe sale caro


A día de hoy, todavía hay quienes continúan sosteniendo la errada idea de que tratar a sus empleados con mano dura y de forma distanciada, es la mejor manera de demostrar autoridad e incrementar su eficiencia, cuando la verdad es que este tipo de actitudes conduce a todo lo contrario, incluso perder su fidelidad.

Por tendencia, los ambientes laborales dirigidos por jefes demasiado estrictos provocan estrés en los trabajadores, reduciéndose la productividad, debido a la evidente desmotivación imperante; a ello se le suman posibles fugas de talento y hasta el incremento de gastos médicos. 

En este sentido, se mejor jefa de grupo se convierte en una decisión estratégica, pues incrementa las probabilidades de obtener mayor eficiencia y productividad de parte de sus empleados, lo que reviste en beneficios para la empresa en general.

4 Errores habituales de los malos jefes

El orgullo es el peor rasgo y el principal motivo por el cual muchas mujeres no llegan a convertirse en buenas jefas de equipo

Aprender a ser una buena jefa también requiere conocer esos errores recurrentes que deben evitarse para no entorpecer la relación laboral con el resto del grupo:

#1. Dejar que el orgullo gane a la razón


La primera equivocación que suelen cometer aquellos que asumen una posición de poder, es dejar que este se le suba a la cabeza, y comenzar a comportarse como si en lugar de empleados, se tienen súbditos que deben rendir reverencia, recuerde, una jerarquía más alta no la hace mejor que nadie.

#2. No saber comunicarse


Por más buena jefa que sea no podrá leer la mente de sus empleados, ni ellos la suya; aun teniendo la hoja de ruta perfecta hacia la meta final, es necesario saber compartir su visión, y lo que espera recibir del equipo. 

#3. Promover empleados que no están listos 


Otro error clásico de los malos jefes es tomar a la ligera las promociones e incentivos, si bien se trata de herramientas que fomentan la motivación y ambiente positivo, no hacerlo de la forma correcta puede crear tensión, si se promueve a alguien antes de verificar sus habilidades.  

#4. Asumir que ya se sabe todo


Esta es tal vez la peor de todas las equivocaciones, y es que los malos jefes coinciden con esos falsos líderes que sienten no necesitan aprender nada más; está bien que sienta confianza en sí misma, pero no asumir que sus decisiones son incuestionable, recuerde que el conocimiento es un camino a recorrer toda la vida.

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